28th Oct 2024
Había una vez una pequeña estrella en el cielo que se llamaba Lucita. Lucita soñaba con ser la estrella más brillante de todas. Cada noche, miraba a las estrellas grandes y brillantes y se sentía pequeña y triste.
Una noche, un niño llamado Mateo salió a observar el cielo. Mateo vio a Lucita parpadeando suavemente. "Hola, pequeña estrella", dijo con una sonrisa. "¿Por qué no brillas más?" Lucita suspiró y respondió, "Quiero ser la más brillante, pero no sé cómo lograrlo."
Mateo pensó durante un momento y tuvo una idea brillante. "Puedo ayudarte! Vamos a practicar juntos. Tú solo necesitas más confianza en ti misma," propuso el niño, animando a Lucita.
Lucita se llenó de esperanza y dijo: "¡Sí, eso haré!" Por cada noche que pasaba, Mateo le decía palabras dulces a Lucita. "Eres hermosa, Lucita. Brilla con todo tu corazón," le decía cada vez que miraba al cielo.
Con cada palabra amable, Lucita comenzó a brillar un poco más. Se llenó de alegría y comenzó a cantar una canción hermosa mientras practicaban juntos cada noche.
Una noche, Mateo le pidió a Lucita que se imaginara a sí misma brillando como nunca antes. "Cierra los ojos y visualízalo, bonita estrella," le dijo. Lucita cerró sus ojos y, con cada nota de su canción, su luz fue creciendo más y más.
De repente, Lucita sintió un gran poder dentro de ella. Abría sus ojos lentamente, y se dio cuenta de que estaba brillando más que nunca. Su luz iluminó el cielo como si fuera un pequeño sol.
Mateo saltó de alegría al ver a su amiga brillar. "¡Mira, Lucita! ¡Eres la estrella más brillante del cielo!" exclamó, corriendo a contar a todos sus amigos sobre la pequeña estrella que había comenzado a brillar.
Desde entonces, Lucita se convirtió en la estrella más brillante. Cada noche, iluminaba el cielo con su luz y siempre recordaba que la confianza y el apoyo de su amigo Mateo la ayudaron a alcanzar su sueño.
Así, Lucita y Mateo continuaron compartiendo sus noches juntos, bajo la luz brillante de Lucita, recordando que los sueños se pueden hacer realidad, siempre que creas en ti mismo.