7th Oct 2024
Carlitos tenía un sombrero que podía volar. Era un sombrero mágico de color azul, con estrellas doradas. Cada vez que Carlitos se lo ponía, ¡sucedía la magia!
Un día, Carlitos decidió viajar. Se puso su sombrero y al instante voló. Primero, sobre los brillantes campos verdes, donde las flores bailaban con el viento.
Mientras volaba, Carlitos vio a una mariposa pequeña. Ella perdió su camino y empezó a llorar. Carlitos voló hacia ella y dijo: 'No te preocupes, amiga. ¡Contigo quiero jugar!'
Juntos, volaron sobre las montañas altas. Desde arriba, todo se veía pequeño, como un juguete, ¡qué maravilla tan bella! Carlitos y la mariposa sonrieron, ¡había mucha alegría en el cielo!
Siguieron su viaje y llegaron a una ciudad especial, una ciudad de juguetes donde todos eran amistosos. Los muñecos saludaban y gritaban: '¡Hola Carlitos, ven a jugar!'
Carlitos recordó su nuevo amigo, la mariposa. Dijo: 'Los amigos son un tesoro, ¡juntos todo es mejor!'. La mariposa sonrió, sintiendo su calor.
En la ciudad de juguetes, Carlitos se divirtió todo el día. Hizo nuevos amigos que lo acompañaron, felices sin parar, riendo y jugando hasta ya anochecer.
Cuando el sol se escondía, Carlitos decidió regresar. Se despidió de sus nuevos amigos y voló alto en el cielo, ¡pronto volveré a visitar!
Al llegar a casa, su corazón estaba lleno, lleno de amistades y aventuras, ¡qué gran anhelo! Se quitó el sombrero y sonrió, sabiendo que en su viaje, importantes lecciones aprendió.
Carlitos entendió que la amistad es un regalo, que nunca hay que olvidar. Con su sombrero mágico, siempre hay un lugar para volar y jugar.
