28th Oct 2024
Había una vez un pequeño loro llamado Coco. Coco era verde y amarillo con ojos brillantes. Su sueño era hablar como los humanos. Un día, conoció a un niño llamado Pablo que se hizo su amigo. Pablo le prometió enseñarle a hablar.
Coco escuchaba atentamente a Pablo mientras él pronunciaba palabras. "¡Hola, Coco!", decía Pablo con una gran sonrisa. El loro intentaba imitarlo, pero sólo podía hacer sonidos divertidos. Pablo se reía y animaba a Coco a seguir intentando.
Un día, mientras estaban jugando en el parque, Coco vio a una mariposa. "¡Mira!", gritó Pablo. Coco, emocionado, intentó ser parte de la diversión. De repente, salió volando y dijo: "¡Hola!". Pablo se sorprendió y aplaudió feliz. Era su primera palabra.
Coco y Pablo se embarcaron en aventuras. Coco usaba su nueva palabra para saludar a todos. En el mercado, decía: "¡Hola!" a las frutas y verduras. La gente sonreía al ver al loro tan feliz. Coco se llenaba de confianza y quería aprender más.
Al final del verano, Coco pudo hablar muchas palabras. Pablo se alegraba porque su amigo había crecido tanto. Entendió que lo más importante era no rendirse y siempre seguir aprendiendo. Coco y Pablo seguían siendo amigos y ahora hablaban juntos en una hermosa melodía.