29th Jan 2025
Había una vez, en un bosque mágico lleno de colores brillantes y árboles que hablaban, un grupo de animales muy especiales. Todos estaban emocionados por el gran concurso que se celebraba una vez al año. "¡Estoy lista para ganar!" exclamó Lila la Liebre, saltando con energía. "Yo solo quiero aprender cosas nuevas,” dijo Tito el Tortugo con firmeza. Y Pipo el Pájaro añadió: "¡Y yo quiero cantar mientras contamos!"
El día del concurso llegó, y todos los animales del bosque se reunieron alrededor de un gran árbol. El juez del concurso era Don Búho, conocido por su sabiduría. "¡Bienvenidos al Gran Concurso de Matemáticas!" dijo Don Búho con felicidad. "Hoy resolveremos acertijos y problemas divertidos. ¡Que empiece la competencia!" Los animales aplaudieron con emoción.
El primer desafío fue contar cuántas hojas había en una rama. Lila, emocionada, comenzó a saltar y a contar rápidamente. "¡Uno, dos, tres...!" Pero se distrajo al ver una mariposa y perdió la cuenta. Tito, con calma, miró la rama y dijo: "Hay cinco hojas". Todos aplaudieron, y Don Búho asintió con aprobación, ¡era un buen comienzo!
El segundo desafío consistía en sumar las frutas que cada uno traía. Lila trajo 3 zanahorias, Tito 2 manzanas y Pipo 4 bayas. "¿Cuántas frutas hay en total?" preguntó Don Búho. Lila empezó a contar rápido, pero Tito, con su sabiduría, sumó despacio: "3 + 2 + 4 = 9". ¡Correcto! Todos celebraron y se rieron con felicidad.
Finalmente, llegó el último desafío: resolver un rompecabezas de formas. Don Búho mostró una figura con triángulos, círculos y cuadrados. "¿Cuántos triángulos hay en esta figura?" preguntó. Lila, emocionada, gritó: "¡Cinco!" Pero Tito, observando con atención, dijo: "En realidad, hay cuatro triángulos". Pipo, volando alto, añadió: "Y también hay tres círculos".
Al final del concurso, Don Búho sonrió y dijo: "Todos ustedes han hecho un gran trabajo. Las matemáticas son divertidas y cada uno ha contribuido de manera especial". Así que decidió que no habría un solo ganador, sino que todos recibirían una medalla de oro por su esfuerzo y creatividad, ¡una gran sorpresa!
Desde ese día, Lila, Tito y Pipo se convirtieron en los mejores amigos. Se comprometieron a explorar el mundo de las matemáticas, descubriendo que aprender podía ser tan divertido como jugar. Así, en el bosque mágico, las matemáticas nunca volvieron a ser aburridas, ¡nunca!
"¿Qué haremos hoy?", preguntó Lila un día mientras saltaba. "Podríamos contar las nubes en el cielo", sugirió Pipo. "O buscar formas en las hojas del suelo", sugirió Tito, feliz. Y así, cada día era una nueva aventura.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. ¡Ahora es tu turno de dibujar a Lila, Tito y Pipo en sus aventuras matemáticas! Se divertirán mucho.
¡Las matemáticas son mágicas y el bosque es el lugar perfecto para aprender y jugar!