28th Oct 2024
Era un día normal en el pequeño pueblo de Colorín. Todos jugaban y reían bajo el sol brillante. Pero de repente, algo increíble sucedió. Las nubes se oscurecieron y empezó a llover, pero no era agua, ¡era color!
La primera gota cayó sobre un árbol. Al instante, el árbol se volvió de un rojo brillante. Todos los niños gritaron de sorpresa. ¡El árbol parecía un caramelo gigante!
Luego, las gotas de color cayeron sobre el suelo. Las flores comenzaron a danzar y se pintaron de amarillo, azul y verde. El jardín del pueblo se llenó de vida y alegría.
De repente, un gran arcoíris apareció en el cielo. Los niños miraban maravillados. Un arcoíris tan brillante que parecía una puerta hacia otro mundo, lleno de ensueño.
Una niña llamada Luna corrió hacia el arcoíris. Quería tocarlo. Cuando lo hizo, una lluvia de colores la llenó de felicidad. Empezó a girar y a bailar bajo la lluvia mágica.
Los adultos también salieron de sus casas. Todos estaban felices. Se rieron, bailaron y se abrazaron, mientras los colores caían sobre ellos, llenando el aire de risas.
La lluvia de colores creó un país de maravillas. Cada rincón brillaba con tonalidades nunca vistas. Los animales también se unieron a la fiesta, luciendo furiosos colores en sus pelajes.
Al final del día, el cielo se aclaró. Pero los colores no desaparecieron. Todo el pueblo de Colorín se llenó de un brillo especial. Todos lo recordarían como el día más mágico de sus vidas.
Luna miró a su alrededor y sonrió. Sabía que siempre habría un rincón lleno de colores en su corazón. El día que llovieron colores sería un recuerdo eterno.
Y así, cada año, Colorín celebró la lluvia de colores, recordando aquella mágica lluvia que trajo alegría y amistad a todos.