28th Oct 2024
Había una vez un caballito de mar llamado Sam. Sam vivía en un océano azul brillante, lleno de coral y peces de colores. Un día, mientras nadaba, vio algo curioso.
Era una estrella de mar llamada Sofía. Ella estaba atrapada en una pequeña roca. Sam se acercó y la ayudó a salir. Sofía estaba muy agradecida y sonrió.
"Gracias, Sam! Eres muy amable. ¿Quieres ser mi amigo?" preguntó Sofía. Sam respondió emocionado, "¡Sí! Me encantaría!"
Sam y Sofía comenzaron a explorar juntos el océano. Nadaban entre los corales y jugaban a esconderse detrás de las algas. Hicieron risas y disfrutaron de la compañía.
Un día, encontraron un arco iris de peces nadando en grupo. Sam y Sofía se unieron a ellos y siguieron el camino de burbujas. ¡Era como un baile en el agua!
Después, visitaron a una tortuga vieja que contaba historias. Les habló de un tesoro escondido en una cueva. Sam y Sofía estaban muy emocionados.
"¡Vamos a buscarlo!" dijeron al unísono. Juntos nadaron rápido, siguiendo las pistas del océano profundo. Sentían la aventura en el agua.
Finalmente, llegaron a la cueva, llena de conchas brillantes y misterios. Sam dijo, "¡Mira cuántos colores!". Sofía brilló de felicidad.
Después de una larga búsqueda, encontraron un cofre lleno de conchas de colores y hermosos tesoros. Celebraron con risas y bailes alegres.
Sam y Sofía aprendieron que la amistad es el mayor tesoro de todos. Y desde ese día, siempre exploraron juntos el hermoso océano.