28th Oct 2024
Había una vez un árbol mágico en el bosque. Este árbol, conocido como el Árbol de los Deseos, tenía hojas brillantes que susurraban al viento. Cada niño que llegaba a él podía hacer un deseo. Emilia, una niña curiosa, decidió visitar el árbol un día soleado. Ella soñaba con un mundo donde todos los niños fueran felices y tuvieran amigos.
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Emilia se acercó al árbol con emoción. "Árbol de los Deseos, quiero un amigo para cada niño del bosque", pidió con todo su corazón. El árbol resonó con su deseo, y sus hojas brillaron intensamente, como si respondieran a su petición. Emilia sintió una cálida luz a su alrededor. Entonces, notó que pequeños animalitos comenzaban a aparecer, llenando el bosque con risas y juegos.
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Mientras Emilia esperaba, vio a un niño triste sentado cerca del árbol. Se acercó a él y le preguntó: "¿Por qué estás triste?" El niño, llamado Lucas, le contó que no tenía amigos con quienes jugar. Emilia decidió ayudarle. Juntos, hicieron un nuevo deseo para que Lucas pudiera encontrar amigos también.
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El árbol comenzó a brillar nuevamente, y de repente, más niños del bosque vinieron a jugar. Risas llenaron el aire, y Lucas se unió a ellos con una gran sonrisa. Emilia se sintió feliz de ver cómo su deseo, el deseo del árbol, estaba ayudando a otros. Ella sabían que la felicidad compartida era el deseo más hermoso.
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Finalmente, Emilia hizo su propio deseo: "Quiero que todos estén siempre felices juntos". El árbol brilló por última vez, y Emilia sonrió al verlo. Desde entonces, el Árbol de los Deseos se convirtió en un lugar mágico donde los niños compartían su alegría y hacían nuevos amigos, siempre estando listos para ayudar a otros.
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