27th Feb 2025
Era una vez una niña llamada Caperucita Roja. Su mamá le dijo, "Ve a casa de tu abuela y llévale un queque, pero no hables con extraños ni sigas a nadie." Caperucita prometió que lo haría y salió del hogar. Mientras caminaba, un lobo apareció y dijo: "¡Hagamos una carrera!" Y Caperucita, emocionada, respondió, "¡Sí, claro!" El lobo dijo, "Yo tomaré este camino, y tú toma el otro," y así se separaron para correr.
El lobo llegó primero a la casa de la abuela y, disfrazándose, se hizo pasar por ella. Cuando Caperucita llegó, entró y vio al 'lobo' en la cama. "¡Abuelita!" exclamó ella, "¡Qué ojos tan grandes tienes!" El lobo, haciendo su mejor imitación, respondió: "Son para verte mejor, querida." Pero justo cuando iba a atraparla, apareció un cazador y sacó al lobo, salvando a la abuela. La lección fue clara: "No confíes en todos."