28th Oct 2024
Había una vez una mariposa llamada Lila. Lila era hermosa, con alas de colores brillantes que brillaban bajo el sol. Un día, voló hacia un jardín y encontró una flor muy triste. La flor era blanca, pero su belleza estaba escondida, y Lila decidió ayudarla a encontrar su color.
Lila se acercó a la flor y dijo: "Hola, ¿por qué estás tan triste?" La flor respondió: "No tengo color. Todos mis amigos son tan vibrantes y hermosos, y yo me siento sola y aburrida". Lila sonrió y le dijo: "No te preocupes. El color viene desde adentro. Podemos encontrarlo juntas".
Así que Lila voló por el jardín, buscando algo que pudiera inspirar a su amiga. Encontró mariposas de todos los colores, ramas verdes y un hermoso cielo azul. Cada vez que Lila regresaba, le contaba a la flor sobre lo que había visto, y la flor comenzaba a sentirse más alegre y llena de vida.
Finalmente, un día, Lila llevó a la flor al lugar más brillante del jardín. Allí, las mariposas danzaban en el aire. Con cada palabra de Lila, la flor comenzó a abrirse y a mostrar sus suaves pétalos. Empezaron a aparecer tonos de rosa, amarillo y azul. La flor se dio cuenta de que estaba comenzando a brillar, y se sintió feliz.
Lila miró a la flor y dijo: "Mira, el color que siempre estuvo en ti ahora brilla por la amistad que hemos compartido. No necesitas parecerte a nadie más, porque eres hermosa tal como eres". La flor, llena de color y alegría, supo que la verdadera belleza estaba en ser uno mismo y tener un amigo fiel.