Las estrellas en la tierra

Había una vez un niño llamado Lucas. Lucas era un niño curioso que adoraba las noches estrelladas. Cada vez que veía el cielo, soñaba con vislumbrar lo que había entre las estrellas. Una noche, mientras exploraba su jardín, vio un destello brillante en la oscuridad.

Al entrar en el bosque, Lucas sintió un aire fresco y mágico. Las luciérnagas volaron alrededor de él, guiándolo hacia un claro iluminado. En el centro del claro, había un lago que reflejaba las estrellas del cielo. Lucas estaba maravillado de lo que veía.

Lucas se sentó junto al lago, y las luciérnagas le contaron historias de cada estrella. Había estrellas que contaban cuentos de valentía y amor, y otras que mostraban sueños y esperanzas. Lucas escuchó con atención, inmerso en cada relato.

"Recuerda, Lucas", dijo una luciérnaga mayor, "las estrellas siempre están contigo, incluso cuando no las ves. La luz que traen también está en tu corazón. Comparte esa luz con los demás." Lucas asintió, comprendiendo la importancia de la luz dentro de él.

Desde esa noche, Lucas nunca volvió a mirar el cielo de la misma manera. Sabía que las estrellas no estaban lejos, estaban con él en cada paso. Y cada vez que veía una luciérnaga, recordaba aquella noche mágica y sus amigos brillantes.