28th Oct 2024
Había una vez una mariposa soñadora llamada Lila. Ella vivía en un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores. Lila veía a los flamencos bailar y soñaba con ser como ellos.
Un día, Lila decidió hablar con una flamenca llamada Rosa. Lila le contó su deseo de bailar como ella. Rosa sonrió y le dijo: "Cada uno tiene su propia belleza y estilo".
Lila se sintió un poco triste, pero Rosa le explicó que podía encontrar su propio ritmo. "Bailar es sentir la música en tu corazón", dijo Rosa. Lila pensó en las flores y la brisa que la rodeaba.
Entonces, Lila comenzó a practicar. Intentó mover sus alas al ritmo de la música que venía del lago. Al principio, se sintió un poco torpe, pero siguió intentando con alegría.
Mientras practicaba, Lila se dio cuenta de que sus alas brillaban cuando danzaba bajo el sol. Coloridas luces danzaban a su alrededor, haciendo del jardín su escenario mágico.
Lila decidió invitar a todas sus amigas al jardín para mostrarles su baile. Ellas vinieron, emocionadas, y vieron a Lila con sus alas brillantes moverse con gracia.
Los flamencos también vinieron a mirar. Rosa sonrió al ver cuánto se divertía Lila. "¡Eres única!", exclamó. "Tu danza es mágica como tu corazón".
Lila se sintió feliz. Ella no necesitaba ser un flamenco, porque era una mariposa especial. Su baile era su propia forma de arte, y eso la hacía única.
Desde ese día, Lila bailó todos los días en el jardín. Sus amigas y los flamencos la acompañaban, creando un hermoso espectáculo de colores y risas.
Lila aprendió que cada uno de nosotros tiene su propio estilo. Ser diferente es lo que nos hace hermosos, y eso es algo a celebrar cada día.