28th Oct 2024
Una niña llamada Clara paseaba por su casa. Ella era curiosa y le encantaba explorar. Un día, vio algo brillando en el suelo. Era una llave dorada, muy hermosa. Clara se agachó y la recogió con cuidado.
La llave parecía mágica, así que Clara decidió buscar una puerta. Caminó por el bosque y encontró una puerta antigua en un árbol. La puerta estaba cubierta de enredaderas. Clara sintió un poco de miedo pero también emoción.
Con la llave en la mano, Clara la introdujo en la cerradura. La puerta se abrió con un suave chasquido. Al entrar, Clara vio un jardín maravilloso. Las flores eran de colores brillantes y parecían sonreír.
En el jardín había flores que cantaban. "¡Hola, Clara!" dijeron. Sus voces eran suaves y alegres. Clara se sintió feliz al oír sus canciones. Bailó entre las flores y se unió a su canto.
De repente, aparecieron criaturas fantásticas. Eran pequeños hadas con alas brillantes. Tenían vestidos hechos de pétalos y reían mientras volaban. Clara les sonrió y jugó con ellas.
Las hadas llevaron a Clara a un lago brillante en el medio del jardín. El agua reflejaba el cielo azul. Las hadas saltaron y jugaron en el agua, mientras Clara las miraba reír.
Mientras exploraban, Clara encontró un árbol que daba frutos de oro. Las hadas le contaron que esos frutos eran dulces y mágicos. Clara probó uno y sintió una explosión de sabores.
Clara pasó horas en el jardín, disfrutando y cantando con sus nuevas amigas. El tiempo parecía volar mientras se divertían y exploraban más lugares mágicos.
Finalmente, el sol comenzó a ponerse. Clara sabía que era hora de regresar a casa. Las hadas le dieron la llave dorada. "Vuelve cuando quieras, amiga", dijeron.
Clara salió del jardín, cerrando la puerta detrás de ella. Se sintió agradecida por la magia que había encontrado. Sabía que siempre podría regresar con su llave mágica.