28th Oct 2024
Había una vez una gallina llamada Clara. Clara soñaba con ser pintora. Cada día, ella miraba el cielo y las flores. Los colores la hacían feliz. Clara decidió que iba a pintar.
Clara comenzó a buscar cosas para pintar. Encontró ramas y piedras. Usó sus propias plumas como pinceles. Era muy creativa. Pintó animales, flores y el sol.
Un día, Clara tuvo una gran idea. ¡Haría una exposición de arte en el corral! Invitó a todos sus amigos gallinas. Estaba muy emocionada y un poco nerviosa.
Clara preparó el corral. Colgó sus pinturas en las paredes. Usó flores y hojas para decorar. Todo se veía brillante y hermoso. Ella sonrió al ver su trabajo.
El día de la exposición llegó. Las gallinas vinieron de todas partes. Clara estaba lista. Cuando sus amigas llegaron, quedaron asombradas por su arte.
Las gallinas aplaudieron y pusieron huevos de colores. Clara se sintió feliz. Nunca había visto tanto color y alegría. Ella sabía que su sueño se hacía realidad.
Al final del día, Clara agradeció a sus amigas. Dijo que cada una era una artista. Juntas, compartieron su amor por el arte y la pintura.
Clara entendió que no solo quería ser pintora. Quería inspirar a otros a seguir sus sueños. Al día siguiente, comenzó a enseñarles a pintar.
Las gallinas pintaron juntas cada día. Hicieron una gran comunidad de artistas en el corral. Todos estaban felices y llenos de colores.
Así, la gallina Clara, que soñaba con ser artista, se convirtió en un símbolo de creatividad. Y su exposición fue recordada por siempre.