28th Oct 2024
Un grupo de patitos traviesos vivía al borde de un estanque brillante. Eran cinco patitos: Pipo, Lila, Toto, Mili y Coco. Un día, decidieron hacer una gran carrera para ver quién era el más rápido. Todos estaban emocionados cuando escucharon el croar de la rana que sería su juez del concurso.
El estanque estaba lleno de sorpresas. A medida que corrían hacia la meta, se encontraron con una gran roca. Pipo, el más aventurero, saltó por encima sin dudar. Lila, aunque un poco asustada, siguió su ejemplo y también saltó, mientras que Toto empezó a rodear la roca.
Siguieron corriendo, pero pronto encontraron un charco de agua profunda. Mili dijo: “Vamos a nadar un rato antes de seguir.” Así que, en lugar de correr, se zambulleron y nadaron como locos, chapoteando el agua por todas partes. Todo el estanque se llenó de risas y alegría.
Finalmente, salieron del agua y siguieron corriendo. Pero justo antes de la meta, apareció una fila de flores de colores. Coco decidió hacer un giro por las flores, inhalando su dulce fragancia. Los otros patitos rieron y lo siguieron, olvidando la carrera por un momento.
Cuando finalmente llegaron a la meta, se dieron cuenta de que la carrera no era lo más importante. Juntos, habían criado nuevos recuerdos, riendo y disfrutando de cada momento. La rana los felicitó y proclamó: “¡Todos son ganadores!”.