28th Oct 2024
Había una vez una ballena mágica. Ella vivía en el océano azul profundo. Cada vez que cantaba, las olas se calmaban. Los barcos sabían que podían confiar en su hermosa voz. La ballena bailaba feliz en el agua.
Los marineros escuchaban con alegría. Cuando el cielo se oscurecía y comenzaban las tormentas, la ballena empezaba a cantar. Su canto era tan dulce, como el aroma de las flores. Los barcos se sentían seguros con su música.
La ballena tenía un gran corazón. Ella quería ayudar a todos. Cuando había tormentas fuertes, ella nadaba cerca de los barcos. Les guiaba de regreso a casa con su melodía mágica.
Un día, un barco pequeño se perdió. El capitán estaba muy asustado. Pensó que la tormenta lo había atrapado. Pero la ballena escuchó su tristeza y nadó rápidamente hacia él.
La ballena empezó a cantar su canción especial. Las olas se hicieron suaves, como un abrazo. El barco siguió el sonido de su canto y, poco a poco, llegó a un lugar seguro. El capitán sonrió, ¡gracias a la ballena!
Los marineros en el barco estaban felices. Ellos aplaudieron y gritaron: '¡Hurra por la ballena mágica!'. La ballena nadó alegra, iluminando el mar con su amor.
Desde ese día, la ballena y los marineros se hicieron amigos. Ella cantaba y los barcos danzaban en el agua. Juntos hacían música en cada tormenta. El océano siempre estaba agradecido.
La ballena sabía que su canto era especial. Cuando las tormentas volvían, ella estaba lista para ayudar. Su canción siempre traía calma y luz a los corazones.
Así, las historias de la ballena se contaron por siempre. Su magia era un regalo para todos los que navegaban. Todos aprendieron a amar el sonido de su voz.
Y cada vez que ves un barco en el océano, escucha el canto de la ballena. Ella sigue cantando, ayudando a todos a volver a casa, con su música que calma y eleva.