28th Oct 2024
Había una vez un pequeño erizo llamado Hugo. Hugo era un erizo curioso y siempre exploraba el bosque. Un día, mientras caminaba, notó algo brillante en uno de sus pinchos. Era una espina mágica que brillaba como una estrella.
Hugo, emocionado, decidió probar su espina mágica. Al desear viajar rápido, de repente, ¡zoom! Hugo se encontró volando por el aire como un pajarito. Rió y gritó de alegría mientras el viento soplaba su pelaje.
Luego, aterrizó en un hermoso jardín lleno de flores coloridas. Había mariposas bailando y pájaros cantando. Hugo usó su espina mágica para hacer que las flores crecieran más. ¡El jardín se volvió aún más hermoso!
Después, encontró un grupo de animales que necesitaban ayuda. Un conejo había perdido su camino y estaba asustado. Hugo usó su espina mágica para hacer una luz brillante que guió al conejo de regreso a casa. Todos estaban muy agradecidos.
Al final del día, Hugo regresó a su hogar. Se dio cuenta de que su espina mágica no solo ayudaba a disfrutar de la aventura, sino que también era especial porque podía ayudar a sus amigos. Sonrió y se durmió soñando con sus próximas aventuras.