28th Oct 2024
La abuela siempre contaba historias mágicas. Sus ojos brillaban cuando hablaba de mundos lejanos. Los niños se sentaban cerca, emocionados. Cada historia traía una lección de vida. La abuela hizo que la magia cobrara vida con su voz cálida.
Un día, la abuela habló sobre un árbol gigante. Este árbol daba frutos de amor y amistad. Los niños imaginaron correr bajo sus ramas. Se reían y jugaban entre los árboles. La abuela los miraba con alegría y cariño.
La siguiente historia fue sobre una mariposa. Era una mariposa colorida que ayudaba a los demás. Cuando alguien se sentía triste, ella llegaba volando con su brillo. Los niños aprendieron que ayudar a otros trae felicidad.
Después, la abuela contó sobre un pequeño pez. Este pez nadaba solo, pero quería amigos. Con valentía, se presentó a otros peces. Pronto, todos jugaban juntos. La lección era que la amistad requiere un primer paso.
Al final, los niños siempre aplaudían. Agradecían a la abuela por sus historias. Ella sonreía y decía que el amor y la vida son magia. Así, los niños se iban a casa, llevando su magia en el corazón.