28th Oct 2024
Había una vez un pequeño ratón llamado Miguel. Miguel vivía en un agujero detrás de una hermosa flor en un jardín. Un día, mientras buscaba comida, encontró un sombrero brillante y colorido. Cuando lo tocó, el sombrero comenzó a brillar y a girar. Miguel estaba muy sorprendido y emocionado por su hallazgo.
Al ponerse el sombrero, Miguel escuchó una voz mágica. "¡Tu deseo es mi comando!" dijo el sombrero. Miguel pensó en su amigo, el pájaro Tomás, que no podía volar bien. Deseó que Tomás pudiera volar alto y rápido. Al instante, el sombrero brilló aún más y una chispa mágica hizo que Tomás volara como un rayo en el cielo.
Miguel y Tomás decidieron usar el sombrero para ayudar a sus amigos. Encontraron a su amiga la tortuga Tina, que siempre se sentía triste porque era lenta. Miguel deseó que Tina pudiera correr rápido como el viento. De repente, Tina se transformó y empezó a correr por todo el jardín, riendo de felicidad.
Estaban tan felices ayudando a sus amigos que decidieron seguir. Encontraron al conejo Carlos, que estaba asustado de los gatos. Miguel deseó que los gatos fueran amables y jugaran con Carlos. Con otro giro mágico, los gatos se convirtieron en suaves amigos y todos jugaron juntos en el jardín.
Finalmente, Miguel se dio cuenta de que el verdadero poder no estaba en el sombrero, sino en la amistad que compartían. Decidieron guardar el sombrero y usar su bondad y creatividad para ayudar a otros, demostrando que el verdadero poder de los deseos viene del corazón.