28th Oct 2024
Érase una vez un pequeño ratón llamado Miguel. Miguel era un ratón aventurero que soñaba con encontrar el queso más grande del mundo. Un día decidió que era hora de buscarlo y salió de su casa. Se llenó de valentía y emoción.
Miguel caminó por el bosque y escuchó un ruido. Era una tortuga llamada Tina. "Hola, ratón, ¿a dónde vas con tanta prisa?" le preguntó. Miguel le contó sobre su búsqueda del queso gigante y Tina decidió que quería ayudarlo.
"Yo soy lenta, pero muy sabia", dijo Tina con una sonrisa. Así que juntos, continuaron caminando, y Miguel se sentía feliz de tener una amiga como Tina. La tortuga le contaba historias mientras avanzaban.
De repente, vieron una mariposa colorida volando cerca de ellos. Era Lola, la mariposa divertida. "¡Hola! ¿Qué hacen ustedes dos?" preguntó. Cuando Miguel le dijo su plan, Lola también se unió a la aventura.
Los tres amigos siguieron su camino, riendo y disfrutando del aire fresco. Miguel se sentía fuerte y valiente. Sabía que juntos podrían encontrar el queso gigante.
Al llegar a un río, Miguel se preocupó. "¿Cómo cruzaremos?" preguntó. Pero Tina, que era sabia, sugirió que la mariposa volara y buscara una manera. Lola voló alto y vio unas piedras.
"Sigue las piedras, ¡son un puente!" dijo Lola emocionada. Miguel y Tina cruzaron felices, ¡y ya estaban más cerca del queso!
Después de caminar un rato, llegaron a un gran campo de flores. Al mirar hacia el horizonte, ¡vieron algo brillante! Era un enorme trozo de queso dorado que relucía bajo el sol.
Miguel saltó de alegría. "¡Lo encontramos!" gritó. Sus amigos también estaban emocionados. Se acercaron al queso gigante y empezaron a festejar con risas y baile.
En ese momento, Miguel comprendió que la aventura no solo era para encontrar el queso, sino también para compartir momentos con sus amigos. Juntos disfrutaron del queso y festejaron su amistad.
Desde ese día, Miguel, Tina y Lola vivieron muchas aventuras más, siempre buscando nuevos tesoros, y recordaron que lo mejor de todo era estar juntos.