28th Oct 2024
Chiqui era un pez pequeño y curioso. Él nadaba en un hermoso estanque lleno de colores. Chiqui miraba a los peces grandes con envidia. "¡Quiero ser como ellos!", pensaba. Un día, decidió que quería crecer rápido.
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Chiqui habló con su amigo el pez dorado. El pez dorado le dijo: "Ser pequeño es divertido. Puedo esconderme en lugares que los grandes no pueden. ¿Por qué no disfrutas tu tamaño?" Chiqui pensó un momento sobre eso.
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Luego, conoció a una rana llamada Rita. Rita le dijo: "Pequeño pez, ser ágil es clave. Puedes saltar y girar, ¡nadar rápido como un relámpago!" Chiqui sonrió, ¡eso sonaba divertido!
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Mientras nadaba, Chiqui encontró a una anguila. La anguila le explicó: "Si fueras grande, necesitarías comer mucho más. Ser pequeño significa que no necesitas tanta comida. ¡Eso es una ventaja!" Chiqui escuchó atentamente.
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Cada vez que Chiqui conocía a un nuevo amigo, aprendía algo. La tortuga le dijo: "Con mi caparazón, soy pesada, pero tú, pequeño, eres liviano y rápido. Puedes explorar más rápido en el estanque!" Chiqui se sintió feliz.
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Un día, se organizó una carrera en el estanque. Chiqui estaba emocionado por participar. Todos los peces grandes estaban allí. Él pensó que no tendría posibilidades, pero decidió intentarlo.
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¡La carrera comenzó! Chiqui nadó con todas sus fuerzas. Mientras los grandes se cansaron, él seguía siendo rápido y ligero. "¡Puedo hacerlo!", se dijo.
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Finalmente, Chiqui llegó a la meta antes que los demás. Aunque no era el pez más grande, se sintió orgulloso de sí mismo. Aprendió que ser pequeño no es malo.
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Desde ese día, Chiqui disfrutó siendo pequeño. Hizo muchos amigos y cada uno le mostró algo especial. Ser pequeño también tenía sus ventajas.
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Chiqui nadó felizmente en el estanque, agradecido por todas las lecciones que aprendió. Entendió que no necesitaba apresurarse en crecer; había muchas cosas buenas en su tamaño.
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