28th Oct 2024
Había una vez un pequeño perrito llamado Toby. Toby tenía un gran sueño, quería ser un perro de policía. Miraba a los perros más grandes y fuertes que patrullaban el vecindario y se imaginaba llevándolos a cabo en su propio uniforme azul. A pesar de su pequeño tamaño, su corazón era valiente y decidido.
Un día, un gran misterio ocurrió en el barrio. ¡Desaparecieron todos los huesos de la perrera! Toby, con su gran imaginación, decidió ser el detective que resolvería el caso. Se puso un pequeño sombrero de detective y comenzó a buscar pistas. Su amigo Ramón, un gato curioso, decidió ayudarlo.
Mientras investigaban, encontraron huellas extrañas en el parque. “¡Mira, Ramón!”, ladró Toby emocionado, “¡Estas son las huellas del ladrón de huesos!”. Siguiendo las huellas, llegaron a un viejo árbol donde un grupo de ardillas estaban jugando. Las ardillas comenzaron a reír cuando vieron a Toby.
Toby, con toda su energía, preguntó a las ardillas: “¿Han visto mis huesos? Necesito saber quién se los llevó!”. Las ardillas miraron a Toby con respeto y le dijeron: “No te preocupes, pequeño héroe. Nuestro amigo, el búho sabio, sabe todo”.
Finalmente, encontraron al búho, que les explicó que un perro sin hogar había estado buscando comida. Toby decidió ayudar en lugar de castigar. Volvió a la tienda y presentó al perro perdido como un nuevo amigo. Desde entonces, Toby, el pequeño perrito, se convirtió en un héroe en su barrio, demostrando que el tamaño no importa cuando tienes un gran corazón.