28th Oct 2024
Había una vez un pequeño dragón llamado Draco. Era un dragón tierno y de escamas brillantes como el sol. Aunque volaba muy alto, también se sentía solo. Un día, vio a un niño que jugaba en el bosque. Draco decidió acercarse para hacerse su amigo.
El niño se llamaba Lucas y le encantaba explorar. Cuando vio a Draco, sus ojos brillaron de felicidad. "¡Hola, pequeño dragón!" dijo Lucas. Draco sonrió y agitou sus alas. Desde ese día, Lucas y Draco se encontraron cada tarde para jugar y aventurarse juntos en el bosque.
Un día, encontraron un arroyo mágico que brillaba en colores. "¡Mira, Lucas! Podemos nadar y jugar en el agua!”, dijo Draco entusiasmado. Lucas asintió con una sonrisa y juntos se lanzaron al agua. Hicieron burbujas y rieron, mientras el sol les daba un abrazo cálido.
Mientras exploraban, descubrieron un arco iris que parecía tocar la tierra. "¡Vamos a verlo!" gritó Lucas. Corrieron hacia el arco iris y, al llegar, encontraron un tesoro lleno de dulces y juguetes. "¡Es nuestro!" dijo Draco, saltando de alegría.
Al final del día, Lucas y Draco regresaron a casa con su tesoro. Ambos se sintieron tan felices por su amistad y las aventuras que compartieron. Sabían que siempre estarían juntos, listos para volar hacia nuevas historias y sueños.