28th Oct 2024
Érase una vez un pequeño búho llamado Luno. Luno vivía en un frondoso árbol del bosque, lleno de amigos. Le encantaba escuchar historias de la luna. Su luz brillaba y lo iluminaba todo.
Una noche, Luno vio cómo la luna brillaba más que nunca. Tenía curiosidad y quería saber por qué. "¿Cómo brilla la luna?", se preguntó. Así que decidió que era hora de una aventura.
Luno voló alto y comenzó su viaje. Los árboles pasaban rápidamente por debajo de él. El viento soplaba en sus plumas y se sentía muy feliz. Pero, ¿a dónde iría a encontrar respuestas?
Primero, fue a ver al sabio viejo búho, Don Sabio. Don Sabio estaba en su rama, con su gran libro de estrellas. "¿Sabes cómo brilla la luna?", preguntó Luno emocionado.
Don Sabio sonrió y dijo: "La luna refleja la luz del sol, querido Luno. Si quieres saber más, ¡tienes que hablar con la luna!" Luno se sintió decidido y voló más alto.
A medida que Luno seguía volando, vio a las estrellas. Le preguntó a una estrella brillante: "¡Estrella, estrella! ¿Sabes cómo brilla la luna?" La estrella se rió y contestó: "Pregúntale tú mismo a la luna!"
Entonces, Luno sintió un poco de miedo, pero su curiosidad fue más fuerte. Voló hacia la luna. Cuando llegó, se sintió pequeño, pero feliz. La luna lo miró con una sonrisa.
"Hola, pequeño búho", dijo la luna. "He estado esperándote. Brillo porque el sol me da luz. Pero también brindo alegría a los que me miran". Luno quedó maravillado.
Luno se dio cuenta de que la luna no solo brillaba, sino que también traía sueños. Regresó a casa volando, emocionado y feliz por su aventura.
Desde esa noche, Luno siempre miraba a la luna y sonreía. Sabía que ella siempre estaría ahí, brillando no solo para él, sino para todos en el bosque.