28th Oct 2024
En una oscura habitación, un niño llamado Carlos escuchó un ruido extraño. Era un suave susurro que venía de debajo de su cama. A pesar de su miedo, decidió asomarse para investigar. No era un monstruo aterrador, sino un pequeño criatura peluda con ojos brillantes. El monstruo, que se llamaba Coco, le sonrió amistosamente.
Carlos y Coco comenzaron a hablar. Coco explicó que estaba triste porque siempre lo ignoraban los niños. Le gustaban los juegos y quería tener un amigo. Carlos, emocionado, le propuso jugar a buscar tesoros. ¡Fue una gran idea! Coco salió de debajo de la cama, listo para la aventura.
Los dos amigos buscaron por toda la habitación. Carlos encontró juguetes antiguos y libros interesantes, mientras que Coco usó su magia para hacer que las cosas brillaran. Rieron, jugaron y exploraron, creando un mundo lleno de diversión. Carlos no se sentía asustado, sino feliz de tener un nuevo amigo.
Después de un rato, Carlos dijo que tenía otra idea. Quería construir un fuerte con las almohadas y las mantas. Coco aplaudió emocionado y juntos amontonaron todos los cojines. La habitación se convirtió en un castillo mágico, donde podían ser héroes y proteger su reino de los malvados monstruos.
Finalmente, al amanecer, Carlos se dio cuenta de que debía despedirse de Coco. Prometieron verse de nuevo y seguir jugando. El monstruo bajo la cama no era un ser aterrador, sino el mejor amigo que Carlos podría haber imaginado. Desde entonces, cada vez que escuchaba un ruido, sonreía, sabiendo que Coco siempre estaría allí para jugar.