28th Oct 2024
Era de noche y el cielo estaba lleno de estrellas. Un niño llamado Tomás, con su perrito, Toto, miraban hacia arriba. Las estrellas brillaban como diamantes en una manta negra. Tomás dijo, "¡Mira, Toto! ¡Es un cielo mágico!".
Toto movió su cola y ladró feliz. Tomás sonrió y cerró los ojos. De repente, se sintió ligero y volador. ¡Estaba en un sueño! Bajar en un pequeño planeta lleno de colores.
El planeta tenía flores que cantaban y árboles que bailaban. Tomás exploró, emocionado, con Toto corriendo a su lado. Juntos, encontraron una pequeña estrella triste en el suelo.
"¿Por qué estás triste?" preguntó Tomás. La estrella respondió, "No puedo brillar. Necesito un poco de amor y luz para volver al cielo." Tomás pensó y dijo, "¡Te ayudaremos!".
Tomás y Toto buscaban por todo el planeta la forma de ayudar. El árbol bailarín dijo, "Dame un poco de tu risa y alegría, y te daré un poco de luz." Tomás se rió muy fuerte.
Se rió y se rió, y la luz comenzó a brillar en la pequeña estrella. Toto saltaba de felicidad mientras la estrella sonreía. "¡Ahora puedo brillar!" dijo la estrella alegremente.
Las flores cantaron más fuerte y los árboles bailaron más rápido. Tomás y Toto estaban felices de ayudar. La estrella dijo, "¡Gracias!" y voló de regreso al cielo.
De repente, Tomás despertó en su cama con Toto a su lado. Miró por la ventana y vio que la estrella ahora brillaba más que nunca. Sonrió y dijo, "Lo hicimos, Toto".
Esa noche, Tomás y Toto volvieron a mirar las estrellas. Ahora sabían que pueden ayudar incluso mientras sueñan. Y soñaron de nuevo con el cielo estrellado.