28th Oct 2024
En un bosque mágico, vivía un pequeño dragón llamado Lila. Lila tenía escamas brillantes y ojos como dos esmeraldas. Cada día, volaba sobre los árboles altos, cuidando de su hogar y de todos los seres que vivían allí. Los animales siempre se sentían seguros con Lila cerca; su dulce rugido resonaba alegremente entre las hojas verdes.
Un día, una fuerte tormenta se desató en el bosque. Las ramas crujieron y algunos animales quedaron atrapados. Lila voló rápidamente entre los árboles. Con su aliento de fuego, calentó el aire y ayudó a los animales a escapar. Pequeños conejos y pájaros agradecidos rodeaban a Lila, quien se sentía feliz de ayudar.
Después de la tormenta, Lila encontró a una planta mágica que había sido dañada. Con cuidado, usó sus escamas para cubrirla y protegerla del frío. La planta empezó a sanar, y en poco tiempo, floreció más hermosa que antes. Lila comprendió que cada ser en el bosque era importante, incluyendo a ella misma.
Un día, llegó un cazador al bosque, buscando animales para atrapar. Lila, con valentía, decidió enfrentarse a él. Voló bajo y emitió un rugido fuerte para asustarlo. El cazador, sorprendido, se detuvo y decidió irse. Lila aprendió que ser valiente era una parte importante de su tarea de cuidar el bosque.
Con el tiempo, Lila se convirtió en la guardiana del bosque mágico. Los animales y las plantas vivían felices y seguros, y Lila jamás se sintió sola. Sabía que su valor y amor por el bosque la hacían especial. Gracias a su cuidado, el bosque floreció y se convirtió en un lugar lleno de vida y magia.