28th Oct 2024
El caracol viajero, llamado Carlos, era un pequeño caracol con un gran sueño. Carlos quería ver el mundo más allá de su jardín. Cada día, miraba hacia el cielo y pensaba en aventuras lejanas. Sus amigos, las mariquitas y las hormigas, lo animaban a que viajara. Todos decían: "¡Ve, Carlos! ¡Ve!"
Un día, Carlos decidió que era el momento de partir. Se despidió de sus amigos y se puso en marcha. Salió de su jardín y se adentró en el bosque. Los árboles altos parecían tocar el cielo y los colores eran vivos. Carlos estaba emocionado y un poco asustado. ¡Era un gran cambio!
Mientras viajaba, Carlos se encontró con una rana que cantaba. La rana se llamaba Rina y le preguntó: "¿A dónde vas, pequeño caracol?". Carlos respondió: "Voy a ver el mundo y tener aventuras". Rina decidió acompañarlo y juntos siguieron su camino.
Carlos y Rina cruzaron un río brillante. El agua era fresca y las burbujas hacían ruidos divertidos. Rina saltó de piedra a piedra, mientras Carlos se movía lentamente en la orilla. "¡Esto es muy divertido!" gritó Rina. Carlos sonreía, aunque se sentía un poco celoso de su rapidez.
Más adelante, encontraron un gran campo con flores de muchos colores. Había rosas, girasoles y margaritas. Carlos y Rina jugaron entre las flores. "¡Mira, una mariposa!" dijo Rina. Carlos se emocionó al ver la mariposa volar. "Es hermosa, quiero ser como ella", dijo.
Siguieron su viaje y llegaron a una colina con una vista hermosa. Desde allí podían ver todo el valle. "¡Es precioso!" exclamó Carlos. Rina estaba de acuerdo. Juntos, se quedaron sentados observando el paisaje. Era un momento mágico que recordarían siempre.
De repente, comenzó a llover. Carlos buscó refugio bajo una hoja grande. Rina, al ver que su amigo estaba empapado, decidió compartir su abrigo. "No te preocupes, juntos estaremos secos", dijo Rina con una sonrisa.
La lluvia paró y el arcoíris apareció en el cielo.
Sus colores brillantes llenaron a Carlos de felicidad. "¡Mira, Rina, un arcoíris!" La rana brincó de alegría. Carlos sintió que todo su esfuerzo valió la pena. Decidió que viajaría mucho más lejos, con la ayuda de su amiga Rina.
Finalmente, después de muchas aventuras, Carlos regresó a su jardín. Sus amigos lo recibieron con entusiasmo. Carlos compartió historias sobre el bosque, las flores y el arcoíris. Todos escucharon con ojos brillantes y sonrisas grandes.