28th Oct 2024
Había una vez un camaleón llamado Carlos que vivía en el bosque. Carlos era muy alegre y le encantaba organizar fiestas. Un día decidió hacer una fiesta de disfraces para todos sus amigos animales. Hizo una invitación muy colorida y la pegó en el tronco de un árbol grande.
Los animales estaban emocionados por la fiesta. La ardilla se vistió de superhéroe con una capa roja. El conejo decidió disfrazarse de pirata con un sombrero de tres picos. Todos querían sorprender a Carlos en su gran fiesta. Se contaba que el camaleón tenía el mejor sentido de la moda entre los animales.
El día de la fiesta llegó, y Carlos se puso un disfraz especial: un traje brillante que cambiaba de color. Cuando sus amigos llegaron, todos estaban maravillados con los disfraces. La tortuga llegó de dinosaurio, y la rana se disfrazó de rey. Era un desfile de colores y risas en el bosque.
Carlos miraba a todos sus amigos y se sonreía. Todos estaban teniendo un gran momento. Jugaron a las escondidas, bailaron al son de la música y disfrutaron de una rica torta de frutas. La fiesta era un gran éxito y el bosque se iluminaba con alegría.
Cuando la noche llegó, Carlos llevó a todos a ver las estrellas. Con su disfraz brillante, parecía una estrella más en el cielo. Todos se sintieron felices y agradecidos. Prometieron hacer más fiestas de disfraces en el futuro. Y así, el camaleón y sus amigos vivieron un gran recuerdo en sus corazones.