28th Oct 2024
Había una vez un conejo curioso llamado Tito. Tito tenía orejas largas y suaves, y un pelaje blanco como la nube. Un día, salió a explorar y encontró un camino entre los árboles.
Ese camino lo llevó a un bosque encantado. Los árboles tenían caras sonrientes y sus hojas brillaban como estrellas. Tito estaba emocionado, ¿qué historias contarían?
Tito se acercó a un árbol enorme. Era muy viejo y le dijo con voz cálida: "Hola, pequeño conejo, yo soy Don Roble. He visto pasar siglos. Te contaré un secreto..."
Don Roble comenzó su historia. Habló de un tiempo lejano cuando los animales bailaban bajo la luna llena. Tito escuchaba con sus grandes ojos abiertos, ¡qué divertido!
Después, Tito vio a un árbol frutal dulce. "Yo soy la señora Manzana," dijo. "Mis frutos dan energía a los niños. Un día, un niño amó tanto mis manzanas que cobró vida en su sueño."
"¡Guau!" pensó Tito. Estaba maravillado. Quería escuchar más, así que siguió a un árbol de flores. Era la señorita Flor. Ella contaba que sus pétalos traían la primavera cada año.
Cada árbol tenía una historia fascinante que contar. Tito saltó de alegría, sus patas moviéndose rápido. Se sintió como un héroe en ese bosque mágico.
Finalmente, llegó al árbol más alto. Era el abuelo Árbol. "Aquí están todas las historias juntas," dijo. "Cuando un corazón es curioso, siempre encuentra magia".
Tito sintió que su corazón se llenaba de felicidad. Nunca olvidaría las historias del bosque encantado.
Prometió volver y contarles a sus amigos. Con una sonrisa en su rostro, regresó a casa corriendo por el camino, emocionado por compartir sus aventuras.