4th Dec 2024
Había una vez un bosque mágico donde vivían formas de todos los colores y tamaños. Este bosque era especial porque cada forma tenía una tarea importante para mantener el bosque lleno de vida y alegría. Un día, Sofía, una niña curiosa y aventurera, decidió explorar este lugar del que tantas historias había oído. Al entrar, lo primero que vio fue un gran círculo rojo rodando por el camino. —¡Hola! —dijo el círculo—. Me llamo Rodi, ¿quieres jugar conmigo? —¡Claro! —respondió Sofía—. ¿Cómo jugamos? —Busca algo que sea como yo, un círculo, y del mismo color rojo.
Sofía miró a su alrededor y encontró una manzana brillante en el suelo. —¡Mira, Rodi! ¡Aquí hay una manzana roja que es redonda como tú! —¡Perfecto! —dijo Rodi, rodando alegremente. Mientras caminaba más adentro en el bosque, Sofía conoció a Triangulín, un triángulo amarillo con tres puntas muy marcadas. —Hola, Sofía. ¿Puedes ayudarme a encontrar algo que tenga mi forma y color? Sofía pensó un momento y vio una señal de tráfico amarilla en forma de triángulo cerca de un árbol. —¡Aquí está, Triangulín! —dijo emocionada. —¡Bien hecho! Eres muy buena encontrando formas.