28th Oct 2024
Era una noche clara y los niños estaban inquietos. Se sentaron bajo un gran árbol y miraron al cielo estrellado. Las estrellas brillaban y parecían moverse. Uno de ellos dijo: "¿Y si las estrellas están jugando?"
Intrigados por la idea, decidieron seguir las luces titilantes. Caminaban por un sendero en el bosque que nunca habían visto. Todo brillaba con un resplandor mágico. Las hojas susurraban con la brisa y les daban la bienvenida.
Al llegar a un claro, las estrellas bajaron del cielo. Eran pequeñas y juguetonas, con risas que resonaban como campanitas. "¿Quieren jugar con nosotros?" preguntaron las estrellas. Los niños asintieron con entusiasmo y empezaron a saltar y bailar.
El juego de las estrellas hacía brillar el bosque aún más. Un niño lanzó su sombrero hacia el aire y lo atrapó una estrella. "¡Este es nuestro juego secreto!" rió. Las estrellas giraban y hacían luces de colores, creando un espectáculo mágico.
Mientras jugaban, cada estrella contó historias de lugares lejanos y aventuras emocionantes. Describieron un océano de estrellas y montañas que tocaban el cielo. Los niños escuchaban con asombro, sintiéndose parte de esas historias.
Al final de la noche, una estrella grande y brillante les dijo: "Ustedes son especiales. ¡Tienen corazones tan brillantes como nosotros!" Los niños sonrieron, llenos de alegría y amor por sus nuevos amigos.
Las estrellas comenzaron a elevase de nuevo al cielo, pero antes de irse, dejaron caer polvo estelar sobre los niños. "Este polvo les recordará esta noche mágica" dijeron. Los niños sintieron calor en sus corazones.
Les prometieron a las estrellas que volverían. Y así, con sus corazones llenos de luz, caminaron de regreso a casa, riendo y contando lo que habían vivido. El bosque ahora era su lugar especial, lleno de secretos y magia.
Desde esa noche, cada vez que miraban al cielo, recordaban su aventura. Sabían que siempre serían parte del bosque de las estrellas, donde la magia nunca termina.
Así, los niños crecieron, llevando en sus corazones la magia de las estrellas. Cualquier noche podían mirar hacia arriba y ver a sus amigos brillando en el cielo.