28th Oct 2024
Había una vez un árbol antiguo llamado Abeto. Abeto vivía en un hermoso bosque lleno de flores. Él siempre veía cómo el viento movía las ramas de sus amigos. ¡Qué divertido parecía! Abeto anhelaba bailar con el viento y sentir su alegría.
Un día, Abeto decidió que quería preparar una gran fiesta. Se sintió emocionado e invitó a todos los árboles y animales del bosque. Se prometió a sí mismo que bailaría como nunca antes. Todos estaban felices de unirse a la celebración.
Abeto comenzó a decorar su alrededor. Colocó flores de colores y cintas brillantes en sus ramas. Cada mañana, miraba el cielo y soñaba con su baile. El viento susurraba: “¡Tu momento llegará, querido amigo!”
Mientras el sol brillaba, Abeto ensayó sus movimientos. Movía suavemente sus ramas, como si estuviera danzando. Las avejas y las mariposas aplaudían su esfuerzo. Abeto sonreía, pero aún no era suficiente; quería el viento a su lado.
Finalmente llegó el día de la fiesta. Todos los árboles y animales se reunieron junto a Abeto. Él estaba nervioso, pero también muy emocionado. Las hojas susurraban alegres y los pájaros cantaban hermosas melodías.
Cuando la luna salió, el aire se llenó de magia. Entonces, Abeto cerró sus ojos y dejó que el viento lo guiara. De repente, sintió una caricia suave. El viento comenzó a bailar a su alrededor, moviendo sus ramas con amor.
Abeto se sintió ligero y feliz. Con cada movimiento, se unía al viento en una danza maravillosa. Todos los animales estaban asombrados; el árbol antiguo bailaba como nunca imaginaron. ¡Era el rey del baile del bosque!
Las estrellas brillaron más intensamente mientras Abeto bailaba. El viento giraba y saltaba, y todos en el bosque aplaudían y reían. Abeto sintió que hacía mucho tiempo había soñado con este momento.
Al final de la noche, Abeto respiró hondo. Había bailado con el viento y se había sentido libre. Sus amigos lo rodearon y le dijeron lo feliz que estaban de que finalmente lo hubiera logrado.
Y así, el árbol que quería bailar se convirtió en una leyenda en el bosque. Cada vez que el viento sopla, todos saben que Abeto está danzando, celebrando su gran fiesta en las estrellas.