3rd Sep 2023
Había una vez un ángel llamado Gabriel que vivía en el cielo. Gabriel era un ángel muy especial, con grandes alas blancas y una sonrisa brillante. Siempre estaba dispuesto a ayudar a todos los que lo necesitaban.
Un día, Gabriel fue enviado a la Tierra para cumplir una misión especial. Tenía que proteger a una niña llamada María. María era una niña dulce y amable, con ojos brillantes y cabello dorado como el sol.
Gabriel se convirtió en el ángel guardián de María y la acompañaba a todas partes. Juntos, exploraron los bosques encantados, nadaron en los ríos cristalinos y volaron entre las nubes esponjosas. Gabriel siempre velaba por la seguridad y felicidad de María.
Pero un día, María se perdió en un oscuro y peligroso bosque. Estaba asustada y no sabía qué hacer. Entonces, Gabriel apareció frente a ella, con sus alas extendidas y su luz brillante. María sintió una calma reconfortante y supo que todo estaría bien.
Con la guía de Gabriel, María encontró el camino de regreso a casa. Desde ese día, la amistad entre Gabriel y María se volvió aún más fuerte. Juntos, vivieron muchas aventuras y siempre estuvieron ahí el uno para el otro. Y así, el ángel y la niña vivieron felices para siempre.